8.2.12

ASAMBLEAS PROVINCIALES 2012




Terminamos el segundo día con un momento de reflexión y la siguiente:


ORACION MARIANA


Motivación a la contemplación en silencio. 

El silencio es parte integrante de la comunicación y sin él no existen palabras con densidad de contenido. En el silencio escuchamos y nos conocemos mejor a nosotros mismos; nace y se profundiza el pensamiento, comprendemos con mayor claridad lo que queremos decir o lo que esperamos del otro; elegimos cómo expresarnos. Callando se permite hablar a la persona que tenemos delante, expresarse a sí misma; y a nosotros no permanecer aferrados sólo a nuestras palabras o ideas… En el silencio hablan la alegría, las preocupaciones, el sufrimiento, que precisamente en él encuentran una forma de expresión particularmente intensa. Del silencio, por tanto, brota una comunicación más exigente todavía, que evoca la sensibilidad y la capacidad de escucha que a menudo desvela la medida y la naturaleza de las relaciones.

En el silencio de la cruz habla la elocuencia del amor de Dios vivido hasta el don supremo. Después de la muerte de Cristo, la tierra permanece en silencio.

Si Dios habla al hombre también en el silencio, el hombre igualmente descubre en el silencio la posibilidad de hablar con Dios y de Dios. “Necesitamos el silencio que se transforma en contemplación, que nos hace entrar en el silencio de Dios y así nos permite llegar al punto donde nace la Palabra, la Palabra redentora”


DEL MENSAJE DEL SANTO PADRE
BENEDICTO XVI
PARA LA XLVI JORNADA MUNDIAL
DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES
“Silencio y Palabra: camino de evangelización”



Invocaciones finales

SÚPLICA PERPETUA

¡Oh Madre del Perpetuo Socorro, cuyo solo nombre inspira confianza!

R. Madre de amor, ven en mi socorro.

En el momento peligroso de la tentación, para que yo resista.

Cuando haya tenido la desgracia de pecar, para que me arrepienta y me vuelva a levantar.

Si algún vicio me tiene encadenado, para que pueda romperlo.

Para que escuchando la Palabra de Dios obre de acuerdo con ella.

Para que viva todos mis días como seguidor de Jesucristo.

Para que haga de mi vida un servicio a Dios y al prójimo.

En todas las pruebas y trabajos de la vida.

Contra mi propia inconstancia y para que persevere hasta el fin.

¡Oh Madre mía, hasta mi último día, hasta mi último suspiro!

Seas amada, seas alabada, seas invocada,
seas eternamente bendita.
¡Virgen del Perpetuo Socorro!,
mi esperanza, mi amor, mi Madre,
mi refugio y mi vida. Amén.





6.2.12

Asambleas Provinciales 2012

Saludos desde las Asambleas  Provinciales










Después de una fraternal comida, pasamos a leer algunos documentos oficiales de la CSsR 
de la Provincia, para compartir nuestros aportes a los estatutos.

Terminamos el primer día con nuestra Eucaristía
presidida por el P. José Guadalupe.